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Dice Swami Vivekananda sobre Pratyahara que significa “reunirla hacia”, refrenando el poder de ir hacia afuera de la mente. ¿Conocéis la fábula del mono enloquecido?… dice así:
“Había un mono, inquieto y movedizo por su propia naturaleza, como todos los monos. Como si esto no fuera suficiente, alguien le hizo tomar vino a discreción, de modo que se puso aun más intranquilo. Luego un escorpión picó al mono. Cuando un hombre es picado por un escorpión ¡salta durante todo el día!; el pobre mono estaba peor que nunca. Para completar su infortunio, un demonio lo poseyó. ¿Qué palabras usar para describir la intranquilidad del mono, saltando y moviéndose incontroladamente de un lado para otro? La mente humana es semejante a ese mono, incesantemente activa por su naturaleza; luego viene la borrachera por el vino de los deseos y así aumenta su turbulencia. Después que los deseos la han poseído, viene la picadura del escorpión de los celos por el éxito de los demás y por último el demonio del orgullo entra en la mente, haciéndola creer que es muy importante. ¡Qué tremendamente duro es controlar una mente así!”
Lo primero que ayuda a tranquilizar un estado así es sentarse un tiempo y dejar que la mente haga lo que quiera… Hasta que no sepamos qué hace nuestra mente, no podremos controlarla. Suelta las riendas y quédate atónito con los pensamientos que llegarán. Después, trata de mantener la mente en un punto, por ejemplo, fuerza a la mente a sentir ciertas partes del cuerpo con exclusión de otras.
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