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Los ojos son los que te permiten mirar.
Tu conciencia es la que ve.
Tienes dos ojos para mirar y un tercer ojo para ver.
Tú tienes una vista ordinaria y una visión interna.
Cuando miras debes también ver. Deberás aprender a recrearte y a sentir a la vez.
Tendrás que educar tus ojos para que miren atentos y además deberás afinar tu sensibilidad interior.
Cuando mires superficialmente, también tendrás que ver con profundidad.
Hay belleza en las formas, pero no te limites a observar contornos, tienes que ver hacia lo hondo.
En lo exterior hay belleza aparente, en la profundidad hay belleza real.
Ingresa la mirada y ve lo real en todo.
No seas superfluo y profundiza.
Cuando te encuentres con alguien mírale a los ojos y toca su Alma. Mírale y velo, profundiza, ahonda, sumérgete en su Ser, encuéntralo,
comunícate.
Practica mirar y ver a la vez, te sentirás más vivo y consciente. Tu corazón comenzará a arder y tu mente a saber.
Sé firme en el mirar, pero no incomodes a nadie, parpadea voluntariamente para disminuir la tensión, deja que el otro se exprese en ti, no compitas con la concentración.
Mantente atento al momento y al otro Ser.
Mira y ve.
Observa, siente y conecta.
Sabrás de la magia de las Almas y la concordia que ellas siempre manifiestan. Sólo deja que se expresen, permíteles danzar.
Mirar es para la mente y los deseos.
Ver es para el Alma.
Disfruta en todos los planos y en las distintas dimensiones de tu Ser.
Mira y Ve.
Sé tú, siempre presente, siempre consciente.
Om shantii.
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