Aunque vas diciendo que buscas la felicidad, lo cierto es que no quieres ser feliz.
Tienes miedo porque te sientes amenazado por algo que ha registrado la memoria. Si despiertas, y puedes observarlo claramente recordando su origen, el miedo no se volverá a producir, porque eliminarás el recuerdo.
Para liberarte de los prejuicios sólo tienes la conciencia. Es la conciencia la que te puede liberar. Siempre serás esclavo de las cosas de las que no eres consciente.
El que se enfada es que tiene miedo.
Nosotros huimos de los enfados porque provocan nuestros miedos y, a la vez, nos ponen violentos. Nos asustamos de la agresividad porque despierta nuestra propia agresividad. Nos defendemos no por justicia, sino por miedos.
La buena religión te enseña a liberarte de los fantasmas, y la mala a fiarte de las medallas. No metamos a Dios en los fantasmas.
Concéntrate en percibir a las personas que encuentres, tomando conciencia de cada una por separado.
Ve a Cristo en ellas. Ámalo, sírvelo, adóralo. (Es decir, ámalas, sírvelas, adóralas.)
No juzguéis y no seréis juzgados.
Como juzguéis os juzgarán.
La medida que uséis para medir la usarán con vosotros
Conócete bien a tI mismo y de dónde proceden tus motivaciones antes de juzgar malo o bueno a nada o a nadie.
El mundo de la realidad que vives es falso, porque está sujeto a conceptos. Los conceptos no son más que añadiduras que ha puesto tu cultura.
Belleza es una manera de ver las cosas. ¡Mira
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