miércoles, 27 de octubre de 2010

MAS DE Entrevista a Prashant Iyengar


El maestro interior

La práctica puede dividirse en dos partes: consolidación y aprendizaje. Cuando aprendes, es preciso que avances, es necesario que transpires. Por tanto, tienes que comprender este aspecto de la práctica, de tal forma que desarrolles también en la postura capacidad intelectual para reflexionar, para considerar, puesto que cuando estas objetivando tu cuerpo reflexionas en la postura. Cuando reflexionas no estás haciendo, estas observando. Eso es tu maestro interior, porque, en definitiva, ¿qué hace un maestro? Te observa y dice: “esto es correcto; esto es incorrecto; haz esto; haz aquello”. Por tanto, puedes tener tu maestro interior cuando permaneces en un estado reflexivo, pues estas observando, eres un testigo. Cuando eres un espectador, sabes que este punto no se ha hecho, este otro se ha hecho de forma exagerada, aquel se ha efectuado de forma deficiente; así es como percibes tus propios errores. Y así es como empiezas el aprendizaje de aprender. Aprender a enseñar, enseñar a aprender y enseñar a enseñar.
El yoga es una técnica de investigación donde eres al mismo tiempo discípulo y tu propio maestro. Como dije el otro día en clase, quieres que tu maestro te entienda de la mejor manera posible. No te gusta un maestro que no te entienda, que no comprenda tus problemas. Inmediatamente, rechazas un maestro que no comprende tus problemas; quieres un maestro que te comprenda. Pues bien, ¿quién te comprende mejor que nadie? Sabes que quien mejor te comprende eres tú mismo. Por eso siempre reprochas a los demás: “no me comprendéis”, porque tú te comprendes a ti mismo. Puesto que te comprendes a ti mismo, puedes tener en tu interior al mejor maestro, el cual siempre estará contigo, te comprenderá en cualquier situación y sean cuales sean las dificultades en que te encuentres.

Todos acudís a clase, pero no penséis que el maestro conoce todos vuestros estados de ánimo. Quizás alguno se encuentre enfermo en su casa, uno tenga que ir al juzgado después de la clase, otro tenga una cita importante, otro más tenga que reunirse con alguien, o quizás a alguien le haya ocurrido algún suceso crucial antes de clase. No puedes esperar que el maestro sepa todo eso.

Además, tratarás de ocultar estos temas cuando asistas a clase. Supongamos que vas a reunirte con un abogado después de clase; no vendrás diciendo: “estoy nervioso; tengo que reunirme con un abogado”; dirás: “¡venga, vamos a clase!”. O alguien puede estar enfermo en tu casa. Puedes venir con distintos estados de ánimo pero cuando enseño, intento igualarte con los demás. Sin embargo, cuando estas solo sabes en qué estado estas, en qué estado vas a encontrarte después de la práctica, es decir, si vas a ir al juzgado y esperas un juicio importante. Puedes comprenderte y ser mejor maestro tu mismo que un maestro externo. Esto es lo que sucede a partir de un cierta nivel.

Un principiante no tiene esta ventaja. Eso es solo para los estudiantes intermedios y avanzados. Porque sabes ya suficiente, conoces Trikonasana, conoces Sirsasana, conoces Sarvangasana. No es necesario un maestro que te este dando consejos a cada momento: “haz esto; haz aquello”. Cuando sabes, puedes regularte tu mismo, dependiendo de la situación. Necesitas tu maestro interior. Para enseñar a otros debes primero estar cualificado para enseñarte a ti mismo; debes ser tu propio maestro. Y por tanto, se trata de una técnica de investigación donde eres tu propio maestro, donde eres tu propio alumno.

Muchas veces, damos la clase de tal forma que aprendéis a aprender. No siempre debes estar aprendiendo o el maestro enseñando. Tienes que aprender a aprender. Debes aprender a enseñar, porque estas enseñando a tu propio cuerpo. Debes enseñar a enseñar. Debes enseñar a aprender. Esta es una técnica que podríamos denominar “heurística”. De acuerdo con el diccionario, “heurístico” se aplica a “todo estudiante que es maestro de sí mismo”. Entonces, ¿qué implica esto? Tienes que aprender a aprender, aprender a enseñar, enseñar a enseñar y enseñar a aprender. Piensa en estas cuatro cosas.

Aprender a aprender, así es como tienes que aprender. Es también un proceso de aprendizaje. ¿Cómo se aprende algo? Muchos estudiantes leen libros, los estudian, se les enseña en clase, se les enseña en escuelas, y aún así, no aprenden. El maestro sigue con su enseñanza pero ellos no aprenden, porque no saben cómo aprender las cosas. Por tanto, debes saber cómo aprender: aprender a aprender.

También tenéis que aprender a enseñar, porque sois maestros. Al menos, maestros de vosotros mismos. Debéis aprender a enseñar, aprender cómo enseñar. Después, enseñar a enseñar. Debéis enseñar también como enseñar, lo que denomináis “curso de profesor” ¿Qué se enseña aquí? Se os enseña a enseñar, es decir, “enseñar a enseñar” Y después, enseñar a aprender. Así es como debe efectuarse la práctica y como deben conducirse las clases, como un maestro. Todo esto debe ponerse en conocimiento de los alumnos. Hay que hacer a los estudiantes independientes. Ellos dependen del maestro. Debéis despertar su sensibilidad; deben saber lo que están haciendo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario