domingo, 3 de octubre de 2010

¿Qué es el comienzo, cuando hablamos de algo que no tiene principio ni fin?






Cuerpo con sentido concéntrico

En primer lugar, podemos decir que el Yoga, al Ser una práctica cuya base se encuentra en el cuerpo humano, está regido directamente por éste y sus leyes. Por ende, mencionaremos algunos aspectos del cuerpo humano y su sentido circular.

Desde las concepciones ancestrales occidentales, la persona se subdivide tres dimensiones esencialmente: cuerpo, alma y espíritu.

En la dimensión corporal, encontramos a la célula que es la porción viva más pequeña. Un conjunto de ellas trabajando conjuntamente forman al tejido. Éstos forman a los órganos, que a su vez completan a los sistemas (digestivo, respiratorio, inmunológico), para finalmente llegar al organismo entero funcionando armoniosamente. Cada fase se abre y devela desde otra menor, llegando al todo desde la particularidad, formando un sentido circular concéntrico en el cuerpo.

No obstante, ninguna de estas subdivisiones podría subsistir autónomamente, sino que necesita de la unión y comunión de todas, para llevar a cabo adecuadamente su tarea. Así, de forma complementaria, funciona todo el cuerpo.

En la dimensión psicológica, hay un sistema respectivo con sus propias leyes y fundamentos, que descubierto por Freud, fue constatado por muchos. Luego del descubrimiento de un consciente, pre-consciente e inconsciente en la psique humana, se dio cuenta que éstas eran cualidades psíquicas, y no fases de ella. Es así como llegó a la segunda tópica, en la que la psique está conformada por el yo (o ego), el ello, y el súper yo. Las tres pueden tener aspectos inconscientes, conscientes o preconscientes.

La última se caracteriza por ser las enseñanzas morales, éticas, ancestrales que la persona recibe; los mandatos los cuales le corresponde cumplir por deber. La anteúltima, por otra parte, es toda la parte instintiva del hombre que responde a las necesidades corporales, a los deseos y pasiones. El yo, finalmente, sería ‘el jinete del caballo’, el que situándose en el medio de estas dos instancias tiene que responder a la realidad de una manera en la que se equilibren estas dos fuerzas.

Estas instancias se rigen por distintos principios: el de Realidad, en el ego, el de Placer, en el ello, y el de la moral, en el súper yo. También existen los mecanismos de defensa, soportar a la persona, aspectos muy dolorosos reprimidos o del inconsciente.

Ahora bien, es imposible concebir este sistema, separado del cuerpo y sus propias leyes, sino que está esta estrechamente ligado con él, y este se ve afectado si hay un desarreglo en la psique. Cuando el inconsciente no se puede liberar (en psicoterapia esto ocurre cuando se hacen conscientes los aspectos inconscientes, al habar de ellos y distinguirlos), y los mecanismos de defensa no son lo suficientemente efectivos, ocurre lo que se llama somatización, en la que se descarga toda esta energía, por medio de una enfermedad. Podemos ver entonces, como está estrechamente relacionado el cuerpo con la psique.

El espíritu le proporciona toda la vida a nuestro cuerpo e identidad a la psique. Éste es irrepetible en cada Ser humano, pero la esencia es una en todos. Es por eso que desde aquí estamos todos unidos formando un tododesde cada particularidad. Podemos estar conscientes o no de este hecho que se manifiesta muy sutilmente. Carl Gustav Jung psiquiatra reconocido en la psicología moderna, llegó inexorablemente a esta dimensión, desde su exhausto estudio del inconsciente, ya que descubriendo el famoso inconsciente colectivo, demostró que hay un punto del hombre en el que todos somos iguales, y estamos estrechamente interrelacionados desde este lugar (más de lo que nosotros creeríamos). Ya que allí encontramos nuestro origen primero. La sabiduría oriental llegó a conocimientos muy elevados de esta concepción y dimensión espiritual, que mencionaremos brevemente a continuación, explicando su relación y sentido circular y concéntrico.



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