• ¿Te preocupas al hacer algo erróneo, al desilusionar a los otros? ¿Temes ser reprendido o reprobado? Eres realmente un espécimen raro en las angustias de tu condicionamiento. ¿Estás conciente de cuánto te esfuerzas para vivir de acuerdo con las expectativas de los otros?
Estar libre de la necesidad de ser recompensado, aplaudido, es la libertad digna de nuestra estatura de hijos de Dios.
Reflexiona sobre esto y escribe qué harías para liberarte.
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